lunes, 22 de octubre de 2012

Ascensor espacial

Un ascensor espacial es un ascensor hipotético que conecta la superficie de un planeta con el espacio.
Es una estación espacial en una órbita geosíncrona de la que parte un cable de 35786 km de largo que llega hasta el suelo. Para mantener el equilibrio de la estructura, además de situar el anclaje lo más cerca posible del ecuador, los ponentes de esta tecnología futurista proponen utilizar un contrapeso, de tal suerte que el cable estaría en equilibrio con su centro de masas en órbita geosíncrona. Una vez el cable en su lugar, pueden subir y bajar por él naves y cargas a un coste unas cien veces menor que el que supone lanzarlas por medio de un cohete. 
El concepto fue formulado por el ingeniero ruso Yuri Artsutanov en 1960, dentro de un artículo del diario Pravda, aunque reconocía que la resistencia a la tracción necesaria para construir el cable no podía obtenerse con ningún material conocido en ese momento. Sin embargo, la idea de un ascensor espacial se remonta al 1895, concebida por el físico ruso Konstantin Tsiolkovsky.
Konstantin Tsiolkovsky

Konstantin Tsiolkovsky

Los ascensores espaciales eran hasta hace muy poco materia de ficción, pues ningún material conocido podía soportar la enorme tensión producida por su propio peso. Actualmente es posible que los nanotubos de carbono pueden soportar la tensión presente en un ascensor espacial. Debido a este avance, varias agencias están estudiando la viabilidad de un futuro ascensor espacial.
Nanotubos de carbono

En Estados Unidos, Bradley C. Edwards ha elaborado un proyecto que afirma la existencia de la tecnología necesaria para construirlo en 20 años, y que su costo sería 10 veces menor que el de la Estación Espacial Internacional. Edwards propone tender una cuerda entre ambos extremos del obstáculo y reforzar progresivamente la cuerda  con tramos cada vez más gruesos y resistentes de nanotubos de carbono. Una vez en órbita geosíncrona, la cinta sería descendida a la Tierra con la ayuda de un peso y serviría de contrapeso.


Esta idea también se ha llevado al arte, como Arthur C. Clarke, que introdujo el concepto en su novela Las fuentes del paraíso; o Charles Sheffield, que menciona un ascensor espacial en su novela La telaraña entre los mundos.




Pero…¿variaría la órbita de la Tierra si lo construyéramos?
Cada vez que la cabina ascendiera con una carga de 13,6 toneladas, la masa añadida incrementaría un femtosegundo la duración normal de un día.
Acontecimientos como el deshielo de los glaciares frenan más la rotación de la Tierra de lo que lo haría un viaje en ascensor espacial. Además, el ascensor no variaría el movimiento de la Tierra alrededor del Sol.
La única manera de dificultar la rotación de la Tierra sería desplazar algo con un peso equivalente al uno por ciento de la masa terrestre. Estaríamos hablando de lanzar al espacio algo con una masa similar a la de la Luna.


El ascensor espacial...un sueño capaz de realizar.






Realizado por:
María Zabay Martínez
1ºD

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